El punto de partida fue investigar a partir de casos reales (testimonios, documentos, prensa, blogs, chat, Internet) historias en que los habitantes de las localidades de Gral. Enrique Martínez, Aiguá, San Gregorio de Polanco, Achar, Castillos y La Paloma, han sido o se han sentido huérfanos en su propia tierra.
La idea era entrar en la “intimidad” del interior y observar como repercutían hechos puntuales sobre su población. Una buena herramienta para poder hacerlo fue Internet, pudimos ser “testigos” -a través de blogs por ejemplo- de comentarios irónicos de personas anónimas, que se convertían en conversaciones, discusiones e insultos. Material que nos permitió acercarnos a ese concepto de Orfandad que buscábamos.
De este modo se construyó el boceto de dramaturgia cuyos contenidos intentaban organizar una suerte de puzzle, o “Disparadores” necesarios para comenzar el tejido de la dramaturgia, tarea que en esta etapa estaría bajo la responsabilidad del actor. Un dato importante a tener en cuenta es que el espectáculo no está basado en hechos reales, el trabajo se inspira en estas historias para la creación de una ficción.
Fue así que comenzó el proceso de investigación cuya herramienta fundamental fue la improvisación. Aproximarnos al personaje, descubrir y establecer vínculos, conflictos, construir y organizar situaciones, sin respetar el boceto inicial, fue una de las premisas en esta etapa donde el aporte constante de los diseñadores, el músico, dramaturgo, director y actores fue fundamental para la creación de un lenguaje estético.
Creada la dramaturgia, comienza la segunda etapa del trabajo; la puesta en escena.